¿El libro o la película?

Todo el mundo se ha hecho está pregunta alguna vez con respecto a alguna obra que se ha adaptado a la gran pantalla y la respuesta casi siempre es difícil. Los cinéfilos tratarán de defender a toda costa la versión cinematográfica del libro argumentando que los actores eran buenos, que la elección de la banda sonora era perfecta o que la fotografía era impresionante. Pero lo cierto es que la magia de un libro consiste en que nuestra imaginación crea todo un mundo alrededor de la historia de manera que normalmente, cuando lo comparamos con la película, nunca cumple nuestras expectativas.

El año pasado Tim Burton adaptó al cine los dos libros de Lewis Carroll sobre “Alicia en el país de las maravillas” y el resultado es fantástico. Está claro que el director siempre le da un toque personal a la historia y en este caso fue ese toque lúgubre a lo Edgar Allan Poe que tienen las películas de Tim Burton. Otra película que os

recomiendo y que está muy bien adaptada es “El retrato de Dorian Gray”. El director, Oliver Parker, ha llevado al cine con mucho éxito y bastante fielmente la historia de este misterioso hombre que se alimentaba de la juventud de otros. La esencia de la historia no varía nada de la novela original de Oscar Wilde.

Sin embargo no todas las adaptaciones son tan buenas como estas. Recientemente adaptaron “Los pilares de la tierra” en forma de miniserie para la televisión y fue un poco decepcionante. Está claro que el libro siempre muestra muchos más detalles que la película (¡sobre todo si tiene tantas páginas como este!) pero aquí, se perdieron muchas cosas esenciales de la historia. Quizá para hacer las películas más taquilleras, los directores intentan sacrificar partes importantes de la trama y sustituirlas por momentos cómicos como ocurre con la adaptación de “Los viajes de Gulliver”. La película resulta divertida aunque está basada en una “pequeñísima” parte de la novela de Jonathan Swift.

En definitiva, hay opiniones para todos los gustos. Cada forma de arte tiene su encanto personal ¿no creéis?

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