sábado, 24 de octubre de 2015

EMPEZAMOS UN NUEVO CURSO
Empezamos un nuevo curso con la misma ilusión de todos los años, y como siempre, con mucho trabajo por delante.
Pero además, empezamos con sentimientos encontrados de tristeza y de alegría por dos compañeros que se han jubilado en los últimos días de septiembre: Antonio Rivas Vico, profesor de lengua y literatura, un activo muy importante en la biblioteca que ha sido capaz de inculcar el amor por la lectura en todos los alumnos que han pasado por sus clases. Y Ana Mª Martín, profesora de tecnología, trabajadora tenaz y persona entrañable donde las haya, cuya labor en la Biblioteca ha sido impecable y que ha dejado una huella imborrable en todos los que la hemos conocido. Os deseamos desde la Biblioteca lo mejor para esta nueva etapa que empezáis en la que habéis ganado EL TIEMPO para cumplir vuestros deseos. Os echaremos muchísimo de menos.

Lo de que Antonio Vico se jubilaba lo sabíamos ya, y pudimos rendirle un sentido homenaje en la Biblioteca del Centro. Lo de Ana, fue una sorpresa, así que la homenajeamos desde aquí con estas palabras que le hemos ofrecido con todo nuestro cariño.

Nuestra compañera Inmaculada Fernández, profesora de Lengua y literatura, y miembro del Equipo de Biblioteca, le dedicó las siguientes palabras a Antonio Rivas Vico en el homenaje que se celebró en la Biblioteca del Centro:

¡Buenas tardes!

En primer lugar, el departamento de Lengua pide disculpas porque ha tenido que limitar el número de personas asistentes a esta actividad por cuestiones de aforo. Sabemos que a muchos profesores y alumnos les hubiera gustado también compartir con los aquí presentes este momento.


La Biblioteca a tope
Ojalá, la biblioteca hubiese sido hoy más amplia.
Como muchos de vosotros ya sabéis, hoy no hemos venido aquí para hablar de medioambiente, ni de comercio justo ni de acoso escolar, estamos todos aquí reunidos para pronunciar una de las palabras más valiosas, bellas y necesarias de nuestro diccionario de la Lengua española, la palabra: Gracias.

¡Gracias, Antonio!

Inmaculada Fernández en pleno discurso
Gracias, Antonio, por el trabajo y esfuerzo que has dedicado a este instituto. Gracias por haber escogido para tu docencia la asignatura de Lengua y Literatura. La Lengua que nos brinda herramientas para relacionarnos con los demás y la Literatura que nos abre nuestra alma.
Sabemos que este trabajo tiene sus luces y sus sombras, pero que la luz prima por encima de la oscuridad y que cuando hay un rayo de luz, lo ilumina todo y nos levanta, nos hace ponernos de puntillas y casi, casi tocamos el cielo, como hoy en estos emocionantes momentos.
Desde que iniciaste esta andadura por la carrera docente (y lo de carrera se puede tomar en los dos sentidos porque estamos todos los días corriendo), se han producido muchos cambios, cambios no solo en nuestro trabajo sino también en la vida. Nuevos planteamientos metodológicos, nuevas formas de relación alumno-profesor-familias, nuevas tecnologías, una cantidad ingente de burocracia que nos asfixia… la suerte es que los alumnos, nuestros chicos y chicas, nos ayudan a adaptarnos, nos llevan de la mano (unas veces suavemente, otras de formas más bruscas) y nos actualizan.

El departamento de Lengua y Literatura
Todos los que estamos aquí, profesores y alumnos, hemos tenido el privilegio de andar un trozo del camino contigo: en las clases;  en la biblioteca, este es tu reino; en el equipo bilingüe (por cierto, Carmen Plata te manda un beso); en los claustros;  en las reuniones de departamento en donde hemos intercambiado ideas, puntos de vista diferentes, planteado proyectos, criticado leyes absurdas…; en esos raticos en la sala de profesores en los que hemos compartido también noticias del periódico, sudokus (yo me he aficionado a ellos, gracias a ti),  y algún que otro café…

A mí en ocasiones me has recordado a Antonio Machado, por tu filosofía de vida, tu pasión por tu tierra, tu amor por tu familia, por los libros y la literatura… Encuentro muchas coincidencias, y una diferencia muy significativa, porque hay algo en lo que no te pareces nada: en la apariencia. Don Antonio Machado era un hombre muy desaliñado, muy poco coqueto, y tú, Antonio, siempre vas impecable, elegante y ¡perfecto!

Con todo nuestro cariño hemos preparado un pequeño acto poético. Nos hubiera gustado afinar más al elegir los poemas seleccionados, pero este era un homenaje sorpresa y no cabía la posibilidad de investigar más. Así que hemos buscado una fórmula que nos acercaba a ti y ha sido la de elegir, tanto profesores como alumnos, un poema pensando en ti.  Y así es como se ha realizado la pequeña antología a la que vamos a dar paso.



¡Gracias por todo, Antonio! ¡Gracias, maestro Vico!
                                                    
  
                                                        

                      Inmaculada Fernández Parra
                      Iznalloz, a 30 de septiembre de 2015