lunes, 14 de mayo de 2018

Truco de poeta


Los magos normales nunca revelan sus trucos por no perder la magia. Las magas de las palabras, sin embargo, nos los regalan. 

Justamente eso es lo que ocurrió el pasado 26 de abril en nuestra Biblioteca: la poeta Nieves Muriel vino a hablar de las mujeres de la Generación del 50 a los alumnos de 3º y 4º de ESO, pero realmente con lo que nos quedamos fue con la magia de sus palabras. De una forma muy particular, llegó a despertar en los alumnos un verdadero interés por la poesía: las palabras, los significados, sus sonidos. 


Todo empezó con un capazo casi roto y lleno de libros en medio de un gran círculo de alumnos y profesores y con una petición de “la paz y la palabra”. Después de preguntarnos uno por uno nuestros nombres, en una especie de rito inicial en el que era necesario el silencio y la claridad, no necesitamos volver a dárselos: todos ellos estaban en su mente. 

Fue a partir de ese momento cuando Nieves nos confió sus secretos: los trucos de poeta. El primero de ellos, leer todo lo que veamos. Leer para conocer, leer para aprender, leer para ampliar nuestro mundo. Son aquellos se empapan de poesía quienes pueden llegar a escribir grandes versos. 

Comprendido esto, dejó que entre todos y todas entresacaran el resto de trucos: las palabras son importantes, amplían o reducen nuestro mundo, porque solo existe aquello que nombramos. Además de dotarnos de una determinada visión de la vida, las palabras pueden herirnos: las podemos utilizar para hacer daño, las podemos recibir como una bala y las podemos usar para cambiar el mundo, tal y como hacían las poetas de la generación que tocaba entender. 

Y no solo eso, sino que la poesía tiene como característica (nuevo truco), decir mucho con muy poco. Mediante ejemplos extraídos de la poesía popular, los alumnos reflexionaron sobre el amor, el desamor, las metáforas y su propia presencia en el mundo. ¿La luna llena es el amor y el menguante su desaparición? ¿Por qué cuando estás sin mí me quieres y cuando estoy contigo me olvidas?



Por último, llegó la música. La música y las matemáticas, porque encajar el ritmo, cuadrar los versos y crear ese elemento misterioso que solo tiene la poesía no es únicamente cuestión de inspiración, sino de trabajo y de oído musical. Por eso, cuando los alumnos se centraron en oír la rima y el ritmo, pudieron desentrañar mucho mejor el significado de varios poemas de mujeres del 50 que Nieves nos leyó: Gloria Fuertes o Ángela Figuera Aymerich, entre otras.

Y así, con ganas de conocer más sobre la poesía, con ganas de leer más y de lanzarnos a escribir, es como nos dejó esta poeta. Esperamos volver a tenerla muy pronto para seguir disfrutando con ella. 

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