Todo comenzó tras ver un corto sobre un niño que se comía los libros y le gustaban mucho, basado en el cuento homónimo de Oliver Jeffers. Podéis pinchar el enlace de abajo para verlo. Entonces, los niños más revoltosos de cierta clase, empezaron a llamar a una compañera "comelibros" porque a ella le gusta muuuucho leer. Ella se molestó y se quejó, lógicamente, por que hay que admitir que estos niños a veces se ponen muy pesados. Y entonces, surgió la idea: ¿es un insulto que te llamen "comelibros"? No, más bien, ¡un elogio! Y así pues, realizamos las chapas y el panel de comelibros, porque estamos orgullosos de ser AUTÉNTICAMENTE COMELIBROS.
Las compañeras de Lengua y literatura: Inmaculada, Mercedes y Cintia. |
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