El día 18 de octubre teníamos planificada una salida a la ciudad de Granada para recorrer en primer lugar el bulevar de Avenida de Constitución donde se encuentran ubicadas estatuas de personajes de la historia de Granada. Después iríamos a la Biblioteca de Andalucía a conocerla y a realizar un taller de música, para terminar visitando el Monasterio de San Jerónimo, monumento cultural e histórico, allí está enterrado el Gran Capitán.
Como llovía a mares, la primera parte no la pudimos realizar y nos refugiamos en la Facultad de Ciencias mientras llegaba la hora de la visita a la biblioteca. Tuvimos la inmensa suerte de encontrarnos con una exposición de una ONG llamada “Mira por sus ojos”. Esta ONG nos dio una lección de Solidaridad y descubrimos que lo que para nosotros es normal, es decir, ir al médico, al oculista, el ponernos gafas… para otros habitantes del planeta es algo impensable. Allí leímos los proyectos que están desarrollando en Nigeria, Marruecos, Burkina Faso, Nicaragua … voluntarios de la Universidad de Granada, allá van oftalmólogos y ópticos llevando todas las gafas que nosotros donamos en Granada y provincia. ¿Cómo íbamos a pensar que unas gafas usadas y que ya no queremos pueden hacer tanto bien? Otra cosa que nos gustó fue que estábamos en la universidad, rodeados de profesores y alumnos, cada uno iba a su historia, pero nos miraban y sonreían, les hacía gracia vernos allí, suponemos que por lo pequeños que somos. Algunos nos compramos comida o zumos en la cafetería o en una máquina que había allí.
Cuando llegamos a la Biblioteca de Andalucía, lo primero que hicimos fue un taller de Música ofrecido por un músico árabe consagrado, Suhail. Nos enseñó cómo la música llegó al Al-Andalus. Fue muy interesante, además él sabía tocar muchos instrumentos y nos enseñó vídeos de conciertos que él había hecho con Shakira y otros músicos famosos. El recorrido por la biblioteca fue interesante porque no imaginábamos que había tantos libros. La organización que tienen los libros es universal, así que si vamos a una biblioteca de otro país podremos utilizarla sin problema. La parte infantil y juvenil fue la que más nos gustó. La biblioteca es maravillosa y grandiosa, tiene un diseño muy bonito. Allí va la gente no solo a sacar libros de préstamo, también a estudiar, vimos un montón de chicos jóvenes estudiando… A algunos de nosotros nos dio ganas de ser como ellos, estudiantes universitarios. También había personas mayores que nos dieron una lección a todos, porque a su edad estaban leyendo y formándose.
Desayunamos después, la pena fue que seguía lloviendo y nos tuvimos que meter en unos soportales en vez de disfrutar de una plaza muy bonita que hay delante de la biblioteca. Nos trasladamos con agilidad al monasterio para no mojarnos mucho pues la mayoría de nosotros no llevábamos paraguas, como dicen las profesoras: “¿A quién se le ocurre?” Jajaja… a nosotros!!!!
Antes de entrar al monasterio, la profesora Marisa Ortiz nos explicó bajo techo qué es un monasterio, qué estilo arquitectónico tiene y quién era el Gran Capitán. Todos teníamos mucha curiosidad en verlo por dentro. ¿Monjas de clausura? ¡Qué forma de vida tan rara! Lo primero que vimos fue el Claustro, las profesoras nos pidieron varias veces que guardásemos silencio, que hablásemos bajito… Era la segunda vez en el día que teníamos que susurrar, en la biblioteca también. Sitios de silencio… con lo que nos gusta el ruido… Nos llamó la atención que el monasterio lo hiciese Diego de Siloé, el mismo que diseñó la iglesia de Iznalloz, menuda coincidencia. Cuando entramos a la iglesia, nos quedamos con la boca abierta… Nunca, nunca, en nuestra vida habíamos visto una iglesia con tantas pinturas y esculturas. Maravillosa.
Fuimos a ver el retablo central y delante estaba la sepultura de El Gran Capitán, personaje histórico importante al servicio de los Reyes Católicos, de los que había unas esculturas también en el altar. La verdad es que nos llamaron mucho la atención las capillas laterales, algunos de nosotros encendimos velas… Salimos de la iglesia y nos fuimos al refectorio, lugar donde comían antes las monjas. Ahora viven en una parte del monasterio que no se puede visitar.
Y después, lloviendo, volvimos a Iznalloz. Llevábamos la mochila sin bocadillos pero llena de experiencias nuevas.
Alumnos de 1º ESO A y B
Capítulo 2: UN DÍA DE LIBROS E INTERCULTURALIDAD
La semana pasada tuvimos la suerte de visitar la Biblioteca de Andalucía. Allí aprendimos que una Biblioteca es mucho más que un lugar donde se guardan y clasifican los libros. No es solo un espacio para leer, sino que además, la gente acude allí para estudiar, navegar por internet, ver películas o escuchar música. Una de las cosas que más nos sorprendió fue que la biblioteca tuviera un espacio enorme solo para nosotros/as lleno de libros infantiles y juveniles.
Además, comprobamos que en la biblioteca no solo se habla de libros, sino que también tiene espacios donde se hacen talleres muy variados. En uno de ellos, tuvimos la suerte de conocer a Suhail, un artista polifacético que nos enseñó sus exóticos instrumentos (el laúd medieval, las castañuelas marroquíes, el arpa turca, el didgeridoo, la darbuka, el hang, etc.), nos dio consejos para crear música o aprender con ella.
Al salir de la biblioteca lucía un sol maravilloso, algo que agradecimos enormemente pues justo el día anterior había caído un chaparrón como no recordábamos (chaparrón que cayó a nuestros compañeros y compañeras de 1º A y 1º B durante su salida, como ya os han contado). Tuvimos mucha suerte porque teníamos programado un paseo por el Albaycín que resultó ser fantástico y muy agradable.
Después de subir la eterna y empinada Cuesta de Alhacaba, llegamos a Plaza Larga y al salir de esta pudimos ver el Arco de las Pesas, donde aún cuelgan algunas. Seguimos el camino y por fin llegamos al objetivo de nuestro paseo: el Mirador de San Nicolás.
Entendimos al llegar que este mirador sea uno de los lugares más visitados de Granada porque es tanta la belleza que se concentra allí, que dan ganas de no irse nunca. No solo por tener unas increíbles vistas de la Alhambra (se ve tan bien que distinguíamos a las personas visitantes en la
Torre de la Vela o en los miradores que hay junto al Palacio de Carlos V) sino porque en una plaza tan pequeña se concentra gente interesantísima de tantas culturas que nuestras maestras nos tuvieron que resolver algunas dudas. Allí no solo había personas de Granada, sino que estaba llena de turistas de todo el mundo (de Arabia Saudí, de América, Japón, Alemania, etc.), artesanos y artesanas de diferentes nacionalidades que venden complementos y bisutería muy original. También había artistas: había un pintor que regalaba sus obras (nos explicó su filosofía de vida, tan alejada de lo material) y un grupo de cantaores y guitarristas gitanos que se arrancaron a media mañana y animaron a todo el mirador. Fue una fiesta de la interculturalidad inolvidable.
Volvimos a casa felices de haber vivido experiencias tan enriquecedoras y tan distintas la una de la otra: pasamos del silencio de la biblioteca al bullicio del Mirador de San Nicolás. ¡Una mañana completa!
Alumnado de 1º C y 1º D
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