lunes, 18 de marzo de 2013

Nuestros jóvenes escritores: Concurso de Relatos

Estos son los relatos ganadores del III Certamen de Relato Corto que hemos convocado este año en el IES MONTES ORIENTALES durante el mes de abril. Desde aquí queremos agradecer vuestra participación y también la del Departamento de Lengua Española , que además de animaros a participar ha sido el jurado que ha seleccionado estos trabajos que además de estar muy bien se ajustan a la propuesta del concurso "Un relato en el que intervengan las nuevas tecnologías".


QUE VUELEN TUS SUEÑOS

"Todo comenzó una tarde lluviosa en mi habitación; la lluvia caía sigilosamente en mi ventana. Yacía  en mi cama embobada, miraba el techo, imaginaba historias interminables de hadas, príncipes con sus princesas, cosas tan irreales, tan de fantasía…
Al poco tiempo me levanté de un salto; sin más dilación fui a mi escritorio, abrí el cajón donde guardaba mis cosas y cogí una tablet nueva que me habían regalado hace ya tiempo; seguía allí flamante, impecable, ni siquiera le había quitado el plástico que lo envolvía como la piel al ser humano, no la había utilizado porque soy una chica  a la que no le gustan los trastos;  pero ese día algo, algo me dijo que la cogiera.
La  abrí, la encendí, estaba vacía por supuesto. Era nueva; pero había algo escrito en la pantalla: Que vuelen tus sueños. No supe ni pude explicar  su significado. Mi abuelo me la regaló poco antes de morir y me dijo “con esto vivirás esos sueños tan irreales, esas historias interminables que vagan por tu mente “. No sé por qué lo dijo y al ver estas palabras se me sobrecogió el corazón. Empecé a llorar, las lágrimas bajaban por  mi nariz como un tobogán sin final, sin comienzo. De repente vi que algo brillaba en la pantalla, más y más, me acerqué con miedo y apareció un icono en la pantalla que decía “ fantasy “,  le pinché y … pasó algo inexplicable .Todo lo que algún día , alguna vez había pasado por mi mente estaba allí como por arte de magia . No tardé en darme cuenta de que no era una tablet normal,  las imágenes que aparecían eran como de dibujos animados. ¡Guau! … Nada más pasaron unos minutos cuando noté que algo me pasaba…sentí un mareo muy fuerte, cerré los ojos y puff ¡¡ aparecí , aunque no lo crean , en ese mismo lugar que estaba mirando en la pantalla .
Yo sabía que mi abuelo tenía algo especial que no tenían los demás;  hacia cosas que nadie jamás ha hecho ni hará,  pero esto… todo lo que imaginaba, todo. Mis historias estaban allí para que yo las hiciese realidad, para que mis sueños volasen. Y allí y en ese día tan aburrido , mi habitación se convirtió en algo que cambió totalmente mi vida, mis sueños y comprendí lo que mi abuelo me quiso decir con esa frase .
GRACIAS A TI  VOLARÁN MIS SUEÑOS"


NAIMA ORTEGA BUSTAMANTE 3º B

     
                                                  
EL MAQUINISTA SIN VISTA

"Había un vez un hombre llamado Stefan que vivía en EEUU y que se dedicaba a fabricar máquinas o electrodomésticos que no habían existido nunca. Este hombre tenía cincuenta y ocho años, estaba ciego desde los dos años y tenía una mujer y dos hijos. Sus dos hijos estaban estudiando en una universidad y su mujer era ama de casa. Además, Stefan estaba en la NASA, aunque nunca lo llamaban para nada, ya que su ceguera le impedía hacer las tareas. Su aspecto era muy malo y aparentaba setenta años en vez de los que tenía. Stefan era pequeño, delgado, con joroba, narigudo, con ojos verdes y con orejas pequeñas. También  él era amigable, tranquilo, bondadoso, amable y sobre todo muy inspirador. Uno de sus desesperados días de trabajo, llegó un ayudante de la NASA que le leyó una carta (ya que Stefan era ciego y no podía leerla). La carta decía que había sido seleccionado para ir a Venus a explorarlo y a coger muestras de su superficie. Stefan, muy contento, aceptó la propuesta. El 28 de febrero de 2087, Stefan parte hacia Venus con una nave espacial y acompañado de dos robots que lo ayudarían. Pasadas ocho horas, la nave espacial de la NASA aterriza en
Venus y sus puertas se abren. Primero baja un robot y luego baja Stefan con la ayuda del segundo robot. Stefan baja con mucha intriga y por fin pisa la superficie de Venus. Él siente una gran emoción ya que era el primer humano que viajaba  a un planeta después de 1969. Después, Stefan ayudado por un robot empieza a tomar muestras de la superficie de Venus. Tres minutos después, uno de los robots le dice:
-Persona fea delante de casa.
Stefan pensó que el robot se había roto y sin querer, se quitó el casco para ver a dicha persona.” No me acordaba de que no tenía vista, y pensé que me iba a estallar la cabeza. Pero no. Debido al poco oxígeno que en Venus había, pude abrir los ojos por arte de magia y pude contemplar aquel maravilloso paisaje de aquel extraño planeta”. Stefan se creía el rey del mundo ya que por fin podía ver y estaba cumpliendo un sueño: hacer un viaje con la NASA. “Entonces vi a aquella asquerosa criatura, que estaba cerca de una casa, que seguramente sería suya”. La criatura se dirigió a Stefan y le dijo:
-Hola extraño, nosotros somos los Prentons, habitantes de Venus. Nosotros habitamos aquí desde 2013 y queremos que nos enseñes cosas, pues solo sabemos hablar.
Stefan les dijo que les ayudaría en todo lo que pudiese ya que podía dejar a los robots con su trabajo y él les podía enseñar a hacer algunas cosas. Y así fue.” Los robots se perdieron por aquellas extensiones y me dijeron que dentro de tres días regresarían a recogerme para partir hacia la Tierra”. Stefan se puso enseguida a hacer nuevas máquinas, a enseñarles a leer, a sumar… Y así se pasaron los tres días. Por la mañana del tercer día, los robots regresaron, lo recogieron y se fueron. Los Prentons estaban tristes y mientras Stefan se marchaba ellos le gritaban rey, rey, rey… Además, ellos siguieron evolucionando y poco a poco seguían aprendiendo.
Stefan estaba deseoso de llegar a la Tierra para ver a su familia, y también decidió no decir nada sobre los Prentons hasta el fin de nuestras vidas."

José Manuel Molero Bueno     2º ESO A
                                             

          
EL VIDEOJUEGO

"Había una vez un niño llamado Daniel que vivía en un pueblo muy pobre. Era alto, inteligente, moreno, muy simpático y tenía 13 años. Él veía en la tele que anunciaban muchos juegos para las consolas, pero él no podía permitírselos porque sus padres ganaban lo justo para poder seguir viviendo. Un día salió un nuevo videojuego pero, como de costumbre, él no podía permitírselo. Una noche que volvía de dar un paseo con sus amigos, miró al cielo y pasó una estrella fugaz. Daniel pidió un deseo que era que por favor tuviera el nuevo videojuego que habían anunciado por la tele. Con todas las esperanzas perdidas volvió a su casa y se durmió en su cama.
A la mañana siguiente se despertó y descubrió un paquete a los pies de su cama. Pensó que sería alguna caja que había dejado allí su madre, así que bajó a la cocina a desayunar y le preguntó  que por qué había una caja en su dormitorio, pero la madre le dijo que ella no sabía nada. Daniel extrañado empezó a pensar y se acordó de la estrella fugaz de la noche anterior;  pensó que quizás podría ser el videojuego, subió a su dormitorio y allí seguía, lo abrió y efectivamente era el juego que él quería y con la consola correspondiente. Daniel se emocionó tanto que lo primero que hizo antes de desayunar fue instalarla en la televisión. Cuando ya estaba instalado bajó a desayunar.
Apenas terminó el desayuno fue a jugar con el videojuego. Encendió la consola y la tele y se puso el casco para poder jugar. Cuando se lo puso no veía nada y extrañado se quitó el casco. En cuanto tuvo visión de lo que había alrededor, se extrañó porque no estaba en su salón. Se encontraba en un mundo muy distinto al suyo. Era como el planeta Tierra, pero todo estaba destrozado. Empezó a deambular por allí y se encontró a una niña que le dio la bienvenida a aquel lugar que, según decía ella, era el videojuego y también le dijo que para poder salir de allí debería encontrar la cueva que el rey había hecho para guardar  todos los diamantes de los aldeanos y matar al rey. Él accedió, si, de tal manera, salía de allí, ya que estaba muy asustado.
Emprendió su viaje hacia el castillo con la intención de hacer confesar al rey dónde estaba la cueva y después matarlo. Por el camino solo pensaba en que iba a quitarle la vida a una persona; aunque fuera en el videojuego, parecía real. Justo antes de entrar al castillo decidió hacerle confesar sobre la cueva ; después, ya vería lo que haría con él.
Al llegar al castillo se coló por la puerta de la cocina y buscó la habitación del rey hasta que la encontró. Daniel, muy asustado por lo que podía pasar, entró de golpe y fue directo hacia él. Le preguntó que dónde estaba la cueva y el rey muy tranquilo le contestó que no se lo podía decir porque si se enteraban los aldeanos sería peligroso. Daniel extrañado le preguntó que por qué podía ser peligroso y el rey le contestó que los diamantes estaban embrujados y que él los había recogido y escondido en una cueva perdida porque era imposible destruirlos. A Daniel lo único que se le vino a la cabeza era que si no devolvía los diamantes y mataba al rey no podría salir de allí. Entonces decidió preguntarle al rey cómo podría salir del videojuego para ver qué contestaba el rey. Tras cinco minutos pensando, el rey le dio la respuesta. Lo que tenía que hacer era convencer a los aldeanos de que los diamantes estaban embrujados y así se olvidarían de ellos y él podría volver a su pueblo. Daniel pensó que ya que estaba en un videojuego a lo mejor tenía poderes.
 Al salir del castillo se fue a un campo e intentó hacer levitar unas rocas que había allí, y efectivamente volaron. Pensó en levitarse a sí mismo y no ir andando. Fue volando hasta la aldea y les contó  a los aldeanos lo que pasaba al principio se enfadaron y no le creían, pero tras una hora y media hablando les convenció. De repente una nube lo envolvió y al abrir los ojos  estaba en su cama tumbado, se levantó rápidamente, pero a los pies de la cama no había nada, fue al salón y tampoco estaba la consola y se dio cuenta de que tan solo había sido un sueño, quizá ese era su destino: un niño pobre sin ningún sueño que se hiciera realidad."

José Luis Vílchez  2º ESO A

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