"El viaje al espacio" por Naima Ortega Bustamante
Hola, soy Naima y os voy a hablar del extraordinario viaje que vivimos la clase de 1º ESO A. Fue una vivencia que recordaré, siempre la tendré rondando por mi cabeza como si hubiera sido un sueño, pero no, ocurrió de verdad y, aunque ya veréis que parece imposible, cuando una cosa se desea mucho ese deseo se puede hacer realidad. Los personajes de esta historia somos todos los que formamos "la escobilla 1º ESO A".
Hola, soy Naima y os voy a hablar del extraordinario viaje que vivimos la clase de 1º ESO A. Fue una vivencia que recordaré, siempre la tendré rondando por mi cabeza como si hubiera sido un sueño, pero no, ocurrió de verdad y, aunque ya veréis que parece imposible, cuando una cosa se desea mucho ese deseo se puede hacer realidad. Los personajes de esta historia somos todos los que formamos "la escobilla 1º ESO A".
Todo empezó en la clase de Plástica, cuando estábamos intentando dibujar el espacio. Entonces ocurrió algo increíble, de las luces le cayó a Antonio un pincel en la cabeza, lo cogió y se lo dio al maestro Pablo que le preguntó dónde lo había encontrado y Antonio respondió: No sé, me ha caído en la cabeza; este pincel no es mío.
A Pablo le pareció un pincel bastante bueno y lo probó. Todos le dijimos que probara pintando sobre el lienzo el espacio y él aceptó (es muy buena persona, yo especialmente lo admiro y quiero muchísimo). Mojó el pincel en las témperas y comenzó a pintar.
De pronto, cuando el cuadro estaba casi terminado, José Miguel se levantó a enseñarle un dibujo. Entonces tropezó y cayó de lleno en el cuadro metiéndose dentro, como cuando una sale por la puerta, así entró él. Cuando entró todos nos quedamos embobados viendo lo ocurrido. Cayó del techo un papel enrollado y metido en una botella y que por supuesto estaba escrito, decía: "Si queréis recuperar a José Miguel, debéis entrar en el cuadro y buscarme las siete llaves que ha escondido Satanás y que abren las puertas del mal, si fracasáis la pintura se secará y os quedaréis encerrados en el cuadro para siempre. Os envío un collar de perlas negras, cuando dichas perlas sean blancas no podréis salir. Pero el collar no cabe en cualquier cuello sino en un cuello muy especial. El tiempo empezará cuando entréis en el cuadro"
Podríamos no entrar nunca en el cuadro, pero José Miguel se quedaría allí encerrado para siempre después de que se secara la pintura y qué le íbamos a decir a sus padres ¿qué se lo había tragado un cuadro?, era absurdo y no era creíble. Álvaro, uno de los chicos más listos de la clase, quiso dar su opinión diciendo que podíamos llamar a los demás profesores para solucionarlo todos juntos. El maestro Pablo estaba impresionado casi no podía ni hablar, aunque de pronto gritó: !delegada, llama a los profesores! Lucía los llamó y decidimos que entraríamos todos juntos en aquel cuadro lleno de misterio. El primero en entrar fue el profesor Rafael de la Cruz, que quería observar como era el lugar. Mientras él se adentraba, nosotras nos probábamos el collar, a mí me estaba grande y a Lucía pequeño, finalmente se lo probó Marina -una chica tímida que siempre es la última de la fila-, a ella le estaba bien. Cuando se lo probó empezó a brillar. El profesor de la Cruz comenzó a adentrarse cada vez más y más hasta que solamente se veía la cuerda; la siguiente en entrar fue una sustituta de la profesora Conchi, y luego entró el siguiente y el siguiente... así hasta llegar a Marina, que miró como nunca la clase y le dio de parte de todos un adiós porque quizás no volveríamos jamás.
Cuando entramos en el cuadro descubrimos que estábamos en el espacio, si, pero en el espacio no hay oxígeno y allí si... era el espacio especial en vez de espacial, los planetas no eran de pintura sino como los de la vida real, se veía el Sol, la Luna y muchas cosas más.
No teníamos ni idea de dónde buscar a José Miguel, pero Laura Romero -una chica elegante y simpática- nos dio una idea, dijo: Estamos muchos y si vamos todos juntos perderemos mucho tiempo así que ¿por qué no hacemos grupos para ir buscándolo de planeta en planeta?. Sí, por supuesto; es una buena idea- dijo Don Quirós, el director del IES-.
"Pero no debemos tardar mucho, una de las piedras ya se ha puesto blanca -dijo el profesor de E.F. Rafael Peinado- En marcha, pero ¿quién hará los grupos? !Yo! -exclamó el profesor Daniel Molina-.
Así formamos el grupo A que se dirigió a Marte y Júpiter; el grupo B, a Urano y Neptuno y el grupo C, a Mercurio, Saturno y la Luna.
El grupo A fue a Marte, era un lugar frío con lugares diminutos, era espeluznante. Allí el cielo era "nubloso" y nuestras sombras azules. Yo sólo pude ver mi grupo. Andando y andando dimos con un dinosaurio, era un cuellilargo, ¿qué haríamos ahora? no teníamos armas ni escudos, nada, absolutamente nada. El cuellilargo nos atacó y se tragó entera a Laura Romero, sólo recuerdo sus gritos y el "porretazo" que me dio su aparato de los dientes en la cabeza. Al comérsela, Cristián -un chico astuto y fiable- vio que cuando el dinosaurio se tragó a Laura, en sus dientes colgaba una de las llaves. Se lo dijo a los profesores y finalmente conseguimos hacer algo un tanto absurdo, pero que funcionó, que era lo importante. Pensamos dejarnos comer por el cuellilargo, para así poder salvar a Laura y coger la llave, que pendía de esos grandes y afilados dientes, !nos comió a la vez!, !impresionante!. Cuando entramos por la boca el profesor Pablo dijo: !Agarraos todos a los dientes!. Al tragar el animal no consiguió engullirnos gracias al plan del profesor. La llave estaba colgada del diente del que se agarraron, José Manuel -un chico simpático al que le encantan los chistes y muy amable- y Francisco -un chico simpático y gran "guardasecrectos"- vieron la llave y la cogieron; todos saltamos a la vez !una, dos y tres!...Caímos sobre un campo de césped violeta, junto con Laura sana y salva. !Uf! menos mal que era blandito, de otra forma no lo hubiéramos contado. !Bieeen ya teníamos la llave!
Nuestra exploración por el planeta Marte había terminado. Con una rosa de seis metros y cincuenta centímetros conseguimos volver al espacio, usando la flor de trampolín.
Nuestro siguiente planeta era Júpiter, un planeta un tanto cursi con tanto color rosa. El cielo era totalmente negro y se distinguía entre la oscuridad el Sol. Esta vez fue distinto porque la llave estaba en la cima de un volcán a punto de explotar. Lo conseguimos, Silvia -una flamenquita y fan número uno de Michael Jackson- tuvo una idea para salir con la llave de allí, esperaríamos hasta que el volcán hiciera explosión y con una roca plana y la fuerza del volcán hacia arriba, conseguiríamos salir al espacio y llevarnos la llave. Así lo hicimos y después nos reunimos con los demás que ya habían conseguido el resto de las llaves, !uf justo a tiempo!, al collar le faltaban sólo dos piedras por ponerse blancas.
Salimos del cuadro y después de entregarle las llaves al secuestrador, éste nos devolvió a José Miguel por el techo sano y salvo. Todos le dimos un montón de abrazos y nos dimos cuenta de que los días que habíamos vivido en el cuadro, en realidad fueron minutos. Nadie se había dado cuenta de lo ocurrido.
También te puede interesar: Un muro frente a mí, Conforme pasan los años
También te puede interesar: Un muro frente a mí, Conforme pasan los años
4 comentarios:
Esta bueno que los chicos puedan aprender distintas cosas y por eso valoro que se utilice internet para mejorar la calidad de aprendizaje. Como ya compre pasajes a rio de janeiro para tomarme unos días de vacaciones, espero poder hacer una recorrida y ver como esta la educación en dicho país
Internet es una ventana abierta al mundo en donde podemos encontrar muchísima información para todas las edades, lo único es ir con cuidado con los niños, nosotros en nuestro trabajo como cerrajería, detallamos con características técnicas los productos para que el lector esté bien informado, lo bueno de internet, saludos
Fantástico artículo, enhorabuena.
Más libros y menos ipads :)
www.imprentaonline-naturaprint.com
Un gran articulo y es muy bueno ver como los niños interactuan con la tecnología.
Publicar un comentario