Hoy, 3 de noviembre, se cumple un año del fallecimiento del escritor Francisco Ayala. Para recordarle , entre los días 3 y 5 de este mes, se celebrarán en Granada numerosos actos de homenaje bajo el título de "Días felices", pues pretenden "celebrar", según su viuda, Carolyn Richmond, "el tiempo que vivió".
El programa de actividades es de entrada libre y gratuita, y pretende mostrar una serie de trabajos acerca del escritor y su obra.
Los actos han comenzado hoy con el espectáculo "Días felices" a cargo de la compañía de teatro "La Maquinée" y que consiste en la evocación del mundo literario de Ayala a través de marionetas, efectos de luz y proyecciones. Espectáculo inspirado en su obra "El jardín de las delicias" pretende acercar la obra del escritor a toda clase de público, incluido el infantil.
Los días 4 y 5 se mostrarán los últimos trabajos de investigación en torno a su vida y obra en las "Conversaciones en la Fundación". El mismo día 4 se proyectarán dos documentales incluidos en la serie Testimonios Orales para el Archivo de la Fundación que recogerá el testimonio de amigos, estudiosos y familares del escritor. El viernes día 5 se presentarán también los dos primeros títulos de la colección en honor del escritor creada junto con la Universidad de Granada con monografías y textos relacionados con su figura.
Además correos rinde homenaje al escritor con la emisión de un sello dentro de la serie filatélica grandes personajes españoles. También ha aprovechado estos días la editorial Círculo de Lectores-Galaxia Gutenberg el segundo volumen de sus Obras Completas, prologado por el poeta Luis García Montero:
"La memoria es la piel de la realidad. Ella nos define, nos reúne con nosotros mismos, elabora la personalidad que necesitamos para defendernos, entender el mundo y negociar con la vida. La memoria fabrica un yo en perpetuo cambio porque necesita dar respuesta a las transformaciones de la realidad. El lector de las páginas en las que Francisco Ayala hace memoria de sus pasos en la tierra se encuentran de lleno con el siglo XX. Todas las vidas son una novela, la novela de un tiempo. Algunas forjan sus argumentos con detalles de significado particular, y cuesta trabajo encontrar los vínculos que unen una ilusión, un miedo, un viaje, unas frustraciones o unos sentimientos amorosos con la historia colectiva. Otras veces los recuerdos pasan con más facilidad de los ámbitos íntimos y privados a la escena pública donde se fraguaron los acontecimientos y los aires de una época. Éste es el caso de la prosa autobiográfica de Francisco Ayala, un balcón abierto al siglo XX, con vistas a la experiencia personal, a las imágenes de España y a las razones del mundo."
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